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«Esto es l oque sé hacer en mi vida profesional y siempre hay mucho que aprender»

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Te invitamos a leer la entrevista realizada a una de las voces autorizadas del rubro, que se refirió a los desafíos, que se relacionan principalmente con la formación de calidad para las futuras generaciones.

Alejandro Ramírez Calvo es Ingeniero Civil de la Universidad de Chile y tiene alrededor de 30 años de experiencia en el área de la seguridad contra incendios. Se inició dentro de la misma universidad y según declara: “En ese tiempo la universidad estaba formando el primer laboratorio de incendios de Chile y ahí empezó mi amor por el área. Luego de eso seguí trabajando y por cerca de 20 años formé parte del Departamento de Prevención y Protección Contra Incendios de la Asociación Chilena de Seguridad”. A eso se suma su participación como instructor de la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego (NFPA) en algunos cursos para Latinoamérica. “Desde hace ya algunos años me dedico a la consultoría independiente para varias empresas.

Esto es lo que sé hacer en mi vida profesional y en lo que he gastado todos mis esfuerzos. Es un área maravillosa y en la que siempre hay mucho por hacer y aprender, especialmente en los países de Latinoamérica. En este sentido, colaboramos en conformar el primer diplomado de incendios en IDIEM de la Universidad de Chile”.

APOYAR EL AUGE DEL CONOCIMIENTO
El profesional señala que en estos momentos “estamos también apoyando un diplomado en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, que también es un gran esfuerzo. Además, participamos y colaboramos con ferias y congresos, tanto en Chile como en otros países, como Perú; y conformamos a comienzos del 2019 la Asociación Nacional de Protección Contra Incendios que es ANAPCI Chile, donde soy presidente del Directorio. Este esfuerzo ya cumple tres años e intentamos apoyar el desarrollo del área y crear un auge del conocimiento en las personas que trabajamos en esto. Buscamos apoyar el desarrollo y mejoramiento de la reglamentación y normativa, y también generar algunos contactos con asociaciones y organizaciones similares en Latinoamérica y en el resto del mundo”.

Dada su experiencia ¿cuáles considera que son los actuales desafíos?
El primer mensaje es aprender. Tener respeto por la profesión. Desgraciadamente en Chile no tenemos una formación con una malla curricular definida para la especialidad. Costó muchos años hacer que fuera una especialidad dentro del proyecto. La especialidad se llama Ingeniería de Protección o de Seguridad Contra Incendios. Eso significa que los que trabajan en esto son ingenieros especializados. En el mundo hay dos vertientes para lograr esta especialización. La primera pretende especializar a profesionales ya titulados a través de un posgrado conducente a un master y la segunda opción, que utilizan pocos países en el mundo, es tener una carrera de Ingeniería Civil en incendios, como la existente en la Universidad de Lund en Suecia.
Esta formación especializada es necesaria porque, querámoslo o no, el incendio es muy transversal, abarcando una gran cantidad de aspectos tanto ligados a la teoría y dinámica del fuego como a la arquitectura y construcción, considerando además el comportamiento humano en emergencias.

¿Cuál sería entonces la meta de hoy para el rubro?
Hacer que los incendios entren en una etapa temprana de los proyectos, dado que sus definiciones impactan sobre otras especialidades. Entonces, poco a poco, algunos proyectos, en especial los que son manejados por empresas de arquitectura extranjeras, se están habituando a generar como un primer documento para el proyecto, la estrategia de seguridad contra incendios, que define el tipo de evacuación, el número y capacidad de escaleras y salidas, los requerimientos de resistencia al fuego y compartimentación, el tipo de revestimiento a utilizar, entre otros, lo que va condicionando el diseño de los sistemas de detección y extinción. Entonces ese es el primer desafío. Entender que la protección contra incendios es mucho más que contar con una red de agua o extintores portátiles, lo que requiere tener algún conocimiento mayor y más amplio. Si bien hay normas disponibles, no siempre los conceptos base están contenidos en estas, dado que no tienen un propósito pedagógico.
Muchas veces aplicamos las normas como una receta sin entender lo que hay detrás de sus requisitos. Entonces, este es el primer desafío que tenemos: Mejorar y formalizar la especialización. Actualmente, varios de los profesionales que trabajan en el área cuentan con alguna especialización, obtenida incluso en el extranjero, pero se necesitan más esfuerzos para tener profesionales educados en este tema.

FORMACIÓN DE CALIDAD
Para Alejandro Ramírez es muy relevante la formación y la educación de calidad en materia de seguridad y protección contra incendios. “Hoy en día es mucho más accesible, existiendo variadas ofertas presenciales y en línea. Para las personas que trabajan en esta área el principal y permanente desafío es aprender. Ocasionalmente suceden incendios en el mundo cuyas causas o tipos de desarrollo nos sorprenden, no solo a nosotros sino también al mundo entero, lo que origina nuevas regulaciones y criterios de protección, lo que nos obliga a una actualización permanente”.

ALEJANDRO RAMÍREZ CALVO

es ingeniero civil de la Universidad de Chile y cuenta con más de 30 años de experiencia en proyectos y evaluaciones en la especialidad protección contra incendios. Actualmente trabaja como consultor independiente y es el presidente de ANAPCI, que busca agrupar a los profesionales y empresas, tanto nacionales como extranjeras que operan en Chile, en el ámbito de la Protección Contra Incendios, para impulsar un desarrollo profesional y convertirse en un referente consultivo a nivel nacional.

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