Entrevista a Héctor Poblete Paredes, Gerente Técnico de Firengo SPA
Lo relevante es poner en la palestra que no se ha hecho ningún esfuerzo por consolidar todo eso en un solo documento, en una sola norma, en un solo estándar y debemos avanzar hacia una normativa más robusta y eficiente.
El término mega incendio fue atribuido por el Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales para referirse a los que se caracterizan por su peligrosidad para las personas y el clima. En esta ocasión, conversamos con Héctor Poblete, Gerente Técnico en FirengCo SpA, ingeniero con más de 30 años de experiencia profesional y más de 20 en la especialidad de Ingeniería de Protección contra Incendios.
-Con respecto a los mega incendios, ¿cuál es su visión al respecto?
-Yo estoy dedicado a los incendios estructurales: principalmente industriales y comerciales. Y cuando ocurren incendios de gran magnitud, como ocurre recurrentemente en Santiago en grandes plantas industriales que están cercanas o dentro del cordón urbano, la pregunta es, ¿qué se hace desde el punto de vista normativo para proteger a la población de las externalidades de estos incendios?
-¿Cuál es el problema, entonces?
Muchas veces los bomberos llegan al lugar del siniestro en un punto de desarrollo y propagación del fuego en el que ya no se tiene la capacidad para combatirlo en función de los recursos disponibles. La capacidad de las redes de agua públicas es normalmente limitada y se ve afectada por factores externos que no la hacen idónea a los requerimientos de protección para una planta que basa su protección únicamente en este suministro y en la acción y recursos de bomberos. Para ellos los objetivos de combate terminan siendo evitar la propagación del fuego hacia propiedades colindantes. Pero ¿qué pasa con el humo que se ha liberado al ambiente después de que el incendio se ha extinguido producto del agotamiento del material combustible? La pregunta anterior resulta particularmente importante en incendios de plantas industriales de alta peligrosidad (normalmente los que se salen de control) con alto contenido de productos químicos que involucran, además, abundante material sintético. Es difícil evaluar todo el daño asociado a los agentes tóxicos formados durante el proceso de combustión y liberados en grandes cantidades a la atmósfera. Los incendios han evolucionado junto con la vida moderna y actualmente no se trata del mismo fenómeno que hace 60 años. Los materiales en épocas anteriores eran mayoritariamente de origen natural, pero en la actualidad estamos inmersos en un mundo en que los materiales sintéticos han ido reemplazando a los materiales naturales en casi todo ámbito de cosas. Esto ha generado una dinámica de incendios distinta, mucho más violenta, y con subproductos de la combustión más nocivos para las personas y el medio ambiente. Es decir, hay mucho más que solo humo en los subproductos de incendios modernos por lo que su generación a gran escala debiera ser un tema de preocupación pública.
-Y desde su visión ¿qué se puede hacer para que esto no siga ocurriendo?
-Creo que para responder a esto primero debiéramos entender por qué ocurre y dónde ocurre. La situación recurrente corresponde a una planta o instalación industrial de una cierta extensión, por ejemplo 5.000 m2, que lleva funcionando un tiempo importante durante el cual ha crecido de manera inorgánica y se ha transformado en una única “zona de incendio”, es decir, sin barreras físicas, tales como distancias de separación o muros cortafuegos, que limiten o eviten la propagación de un incendio en toda su extensión. Si sumamos a esto una clasificación de peligrosidad alta, asociada a su contenido y a las actividades inherentes a sus procesos productivos y la no existencia de un sistema de protección activa contra incendio, o uno adecuadamente diseñado, formará un escenario propicio para el desarrollo de un incendio de grandes proporciones como los que ya hemos tenido oportunidad de ver. El primer paso para evitar que esto siga ocurriendo sería velar por el cumplimiento de la normativa actual respecto a las disposiciones de compartimentación en base a requerimientos constructivos, lo que seguramente será insuficiente si además no se tiene una estrategia de protección contra incendio acorde a las dinámicas productivas desarrolladas dentro de esas instalaciones, lo que debiera ser empujado por un mayor nivel de exigencia en seguridad contra incendio particularmente en empresas que se encuentran insertas dentro del radio urbano.
Lo anterior no necesariamente pasa por el desarrollo de estándares técnicos específicos para implementación de medidas y sistemas de protección, dado que estos ya se encuentran disponibles en varios estándares internacionales, sino más bien por la incorporación a nivel de decretos y ordenanzas que incluyan exigencias para ciertas actividades industriales.
La definición de soluciones de protección para plantas industriales que se encuentran operando no es un tema simple, incluso para los especialistas de mayor experiencia dado que por lo general estas medidas implican modificaciones relevantes y disruptivas que de una u otra forma impactan los procesos productivos, además de requerir una cantidad importante de recursos para su implementación. No obstante, fuera del marco normativo y legal, existen muchos beneficios para la organización en la implementación de mayores medidas de protección contra incendio en términos de reducción del riesgo para sus operaciones. Sin embargo, estos beneficios pueden no ser bien percibidos ni entendidos por la dirección de la organización ni adecuadamente presentados por parte del especialista.
Mientras no exista una legislación acorde a las necesidades de mejora en los niveles de seguridad y las organizaciones y población no tomen conciencia de las consecuencias que conllevan los incendios de gran tamaño, creo que seguiremos presenciando lo que de alguna forma ya hemos asumido como algo habitual.
